POR UN FELIZ DIA
- Juan Ignacio Volpe
- 8 mar 2016
- 2 Min. de lectura
El 8 de marzo no es más que la conmemoración de un hecho sangriento en Nueva York, con 146 mujeres asesinadas, que hoy son reemplazadas con cada una de las que matamos cada 30 horas. Mujeres que pagaron el precio de una historia de desigualdad a partir de un incendio intencional. Mujeres quemadas, ahogadas, aplastadas y 'suicidadas'. Eso exigió un cambio. Había que obtener justicia en la vida conyugal, en el trabajo y en el ámbito de los derechos civiles. Justicia que todavía no podemos saldar, y lo padecemos en cada noticiero, todos los días.
Hoy por hoy nadie debe dudar de la capacidad que tienen las mujeres de llegar a donde se lo proponen. Las hemos visto pasar del ámbito doméstico y privado, al espacio público y social. Han conseguido ser partícipes activas de una intervención en todos los ámbitos de la sociedad. En lo asociativo, laboral, cultural, y demás.
Las vemos artistas y educadoras. Las vemos al mando de un país y de la casa. Las vemos cuidando a sus hijos y a un pubelo. Pero no podemos verlas vestidas como quieran, sin violarlas. No podemos verlas solas, sin matarlas. No podemos verlas, sin maltratarlas.
Hoy, ayer, mañana, da igual cuando leamos esto. El 8 de marzo, si bien es un día por y para ellas, es una simple conmemoración que debe recordarnos la lucha anual que realiza la mujer por causa de hombres cobardes y una historia desigualitaria.
Se necesita de hombres feministas, no por elevar a un lugar supremo a la mujer, sino, sólo por el hecho de tan sentido común, como es la igualdad en derechos para todas las personas. Sea hombre, mujer, transexual, gay, etc.
No se visten para ser putas. No andan solas para ser violadas. No viven para ser asesinadas. Feliz día y vida van a tener cuando las podamos ver libres, sin miedos, sin discriminación, con trabajos dignos. Caminando a la hora que quieran. Yendo a los lugares que quieran. Con la ropa que quieran. En paz.
Son fragancia, armonía, esencia y belleza. Son pintura, tinta, viento, frío y fuego. Son abrigo y trampolín que admiramos desde chicos, hasta amar de adultos.
Son delicadas y luchadoras. Son soñadoras, atrevidas, complicadas, inteligentes, pero por sobre todas las cosas, tenemos la suerte de que sean MUJERES.

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