DE TINTA AZUL

El equipo conducido por Javier Galante ganó el clásico y se afirma en lo más alto.

Argentino venía muy bien, pero tenía que pasar esta prueba, jugaba de visitante nada menos que con River. Y el Millonario sabía que dependía de sí mismo para quedar arriba. Con un correcto arbitraje de Marcelo Martín y un frío inmenso se vivió el partido, que fue discreto desde lo futbolístico pero apasionante. La visita fue más, especialmente en el primer tiempo, y el triunfo es inobjetable. El gol llegó a los 40 minutos del primer tiempo por intermedio del que ya venía siendo el mejor de la cancha, Nicolás Palmieri. Jugador que nunca se esconde, intenta jugar, va para adelante y a la hora de recuperar es un aguerrido marcador. River, que viene padeciendo lesiones, tuvo que hacer el primer cambio a minutos de comenzado el primer tiempo cuando en un choque casual, Brian Bisso, recibió un golpe a la altura del mentón que lo dejó muy mareado. Este equipo dirigido por Luis Nanni no se parece en nada al último campeón. Pero claro, no es lo mismo tenerlo al técnico dentro que fuera del rectángulo de juego. Y también siente mucho la ausencia de Falgari y de Morra... Argentino jugó en el primer tiempo y metió en el segundo. Se quedó con un triunfo justo y sueña cada día más con el título, aunque esto, recién comienza... ¿Qué tiene el Azúl para ilusionarse con el campeonato? Un equipo que jamás se da por vencido, con mucho amor propio, un arquero, Amorós, que se hace más grande partido tras partido, una buena dupla central con un Di Gangi que cada día es más "patrón", un enorme Batista, un pulpo en la mitad del terreno, y jugadores rápidos de tres cuarto en adelante y de buen pie como Deantoni, Colaneri, Schavone y el ya nombrado Palmieri que ayer, con su gol, puso el calor a la noche helada. Párrafo aparte para la hinchada de Argentino. Acompaña y alienta en todas partes. Ah, me olvidaba, este es un equipo de amigos. Y cuando un equipo logra esto, es muy difícil que lo voltee.

Fuente: Sin Anestesia