El Presidente de la legalidad

Hoy, 18 de enero de 2017 se cumplen 34 años del fallecimiento del Dr. Arturo Umberto Illia, el Presidente radical que es recordado y admirado como político ejemplar, por su honestidad y personalidad incorruptible.

[Dr. Illia en su visita a nuestra ciudad el 5 de agosto de 1965 con motivo de la celebración del Centenario de la fundación del Partido de Chacabuco.

El Comité Alem de Chacabuco rinde homenaje a su memoria.

Arturo Umberto Illia nació el 4 de agosto de 1900 en Pergamino, provincia de Buenos Aires. Su padre, Martín Illia, era oriundo de San Pietro, provincia de Sondrio, Lombardía (Italia) y su madre, Emma Francesconi, de Gratacazolo, provincia de Brescia, Lombardía.

La suya fue una humilde familia de agricultores inmigrantes.

Estudia en la "Escuela Provincial Nº 18", en la "Escuela Normal Mixta" y luego se traslada a Buenos Aires para cursar estudios secundarios en el "Colegio Pío IX" como pupilo.

En 1918 comienza sus estudios de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), graduándose en 1927.

El 15 de febrero de 1939 contrajo matrimonio con Silvia Elvira Martorell, con quien tuvo tres hijos: Emma Silvia Illia, Martín Arturo Illia y Leandro Hipólito Illia.

Entre 1929 y 1963 trabaja como médico en Cruz del Eje (Córdoba), interrumpidos solamente por los tres años en que fue vicegobernador de Córdoba (1940-1943).

En 1963 asume como Presidente de la República Argentina, ejerciendo el cargo hasta el golpe militar conocido como "Revolución Argentina" (1966-1973), continuando la actividad política en la Unión Cívica Radical hasta su muerte.

Durante su gobierno se impulsó la explotación del petróleo y los recursos estratégicos por parte del Estado, se fomentó la industria nacional, se aumentó el presupuesto para la educación, se llevó adelante un plan de alfabetización y se sancionaron las leyes de Salario Mínimo, Vital y Móvil y la llamada Ley de medicamentos.

Luego del golpe militar que lo derrocara se trasladó a Martínez, Provincia de Buenos Aires, donde residió alternando con viajes a Córdoba.

Es el único presidente de Argentina que no aceptó la jubilación de privilegio.

Está sepultado en el mismo panteón que Leandro N. Alem e Hipólito Yrigoyen, en el Cementerio de la Recoleta (CABA).

En el discurso inaugural de su mandato ante la Asamblea Legislativa el 12 de octubre de 1963 dijo:

“Esta es la hora de la reparación nacional a la que todos tenemos algo que aportar. Esta es la hora de la gran revolución democrática. Esta es la hora de las grandes responsabilidades. Esta es la hora de los grandes renunciamientos en aras del bienestar de la comunidad; quien así no lo entienda está lesionando al país y se está frustrando a sí mismo (...).”