Día de la diversidad cultural - Nota de opinión

Herederos de un despojo | Nota de opinión

Durante incontables años el 12 de octubre fue denominado como el Día de la Raza, en el cual se pretendía celebrar el supuesto encuentro de dos mundos: el descubierto (América) y el descubridor (Europa), el sometido y el conquistador. Así los propios herederos del despojo celebraban las desgracias de sus antepasados, las cuales aún los alcanzan desde del oleaje de los siglos. 

América traicionaba su propia memoria en los manuales de estudio, en los títulos que la “descubrían”, en los actos escolares donde los chicos se postulaban para interpretar el personaje de Cristóbal Colón, en los monumentos a los invasores, en el nombramiento de ciudades, edificios y calles. Sin ir demasiado lejos, en Chacabuco ¿quién no ha transitado la ex-avenida Colón y ha visto las contradictorias intersecciones con las calles 25 de Mayo ó 9 de Julio? ¿de qué ha servido tanta sangre y sudor si la memoria se siente aún colonizada?

En el año 2007, a partir de un proyecto presentado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), el “Día de la Raza” se convirtió en el “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”. Fue el primer paso para dejar de celebrar el genocidio, abrirse a la reflexión y el diálogo intercultural y reconocer los derechos de los Pueblos Originarios.

Cinco siglos después, los herederos del despojo, comenzamos a reelaborar los símbolos y los significados. Pequeños actos revolucionarios como el cambio de nombre de una avenida o la modificación del sentido del 12 octubre, construyen, poco a poco, algo más importante, colectivo e integral: memoria y respeto.

En palabras de Eduardo Galeano: “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.